miércoles, diciembre 01, 2004

Los muertos

Ayer, fue el cumpleaños de mi tía abuela Luciana, más conocida como "luchi"; cumplía 80 años. Todo fue perfecto: se derramaron vasos, se comió hasta la saciedad, se bebió como fin de año, y risas y anecdotas del pasado adornaron el espacio. Nadie faltó, ni conocidos ni desconocidos, ni vivos ni muertos.

A ratos pensé ver en tía Luchi el reflejo de una foto en blanco y negro que le tomaron cuando no tenía más de seis años y en la que aparecía con mi nona vestidas y ordenadas en el patio del colegio.

No faltaba nadie.



Todos asistieron.

"Unos cuantos '¡salud!' y tía Boggi riendo a carcajadas con tía Viedana. Vito celebrando sus vacaciones y Gigi secando y lavando platos; con tío Talo tuve una agradable conversación sobre Ciserón, Dante y los Médicis. El tata se acostó temprano, se notaba cansado, y mi madre seguía siendo la menor. Pancho y Richi chocando copas y los niños haciendo maldades fuera. Ángela sacando fotos y Daniella posando para ellas."

En eso recordé el cuento "los muertos" de James Joyce, era un ambiente similar. "Todas las personas a quienes conocían no dejaban de asistir, así como la familia, los antiguos amigos". Y estaban los muertos la noche de ayer, Dublín pareció Limache, y los viejos que ya no están comenzaron a hablar en genovés; ellos servían sus vasos y llenaban sus platos.

"Tía Luchi estaba de cumpleaños
y hay fotografías de ello
todos asistieron
los vivos y los muertos."